Análisis de Prey para PlayStation 4

Análisis Prey

Son muchos los títulos que están apostando ahora por irse de nuevo al espacio, pero no esos  que se dedican solamente a ponernos un arma en las manos, sino aquellos que nos llevan a vivir una historia interesante, con un trasfondo de misterio y una pizca de terror al más puro estilo Alien. De esta conjugación de elementos nace el nuevo Prey, un título que viene firmado por Arkane Studios y que ha tomado inspiración muy clara de otros títulos. La labor de los creadores de Dishonored ha sido más que buena, dando a luz a un producto bastante completo que debido a su poca repercusión, se puede convertir en una de las sorpresas de este año.

 

Un futuro ya no tan lejano

Y es que Prey nos pone en la piel de Morgan Yu, un científico o científica (según el género que hayamos escogido) de Transtar que trabaja en la Talos I, una estación espacial que se encuentra cerca de la luna. Es el año 2032 y la ciencia-ficción parece más real que nunca, aunque la historia de Prey conserva esas características que nos hacen pensar que algo como lo que nos cuentan jamás podría pasar en nuestra realidad.

Este juego toma elementos de otros tantos  juegos de ciencia-ficción y desde el minuto cero podremos notar reminiscencias a BioShock, Deus Ex y a los propios Dishonored, pero está todo bastante bien mezclado (sin agitar) y llevado por un camino paralelo, dándole al jugador otros elementos diferenciadores.

La Talos I se encuentra comprometida y una especie alienígena llamada Tifones amenaza a todo el personal de la estación. Sin entrar en destripes varios, eso es todo lo que podemos contar. La estación lunar será nuestro escenario, el cual tendremos que recorrer de arriba abajo para descubrir todos los misterios que encierran esas paredes, y también tú mismo.

Ambientación de película

Y es que puede ser uno de los aspectos más notables de esta producción de Arkane Studios. Moverse a través de la Talos I es una delicia, ya que la estación es enorme y desde cualquiera de sus ventanales podremos ver el espacio exterior y la luna, que se encuentra bastante cerca. Como hemos dicho, aunque el género que toca este juego es la ciencia-ficción, da la sensación de que aunque aún hay cosas que no existen, podrían acabar por aparecer tarde o temprano.

El entorno que nos rodea está bastante cuidado y aunque puede ser un poco caótico moverse por la Talos I cuando no sabes muy dónde estás, se disfruta mucho pasando por cada una de las salas, laboratorios e instalaciones científicas que la humanidad ha montado en espacio de gravedad cero.

Cada salón estará repleto de información, de objetos y de recovecos que deberemos explorar si queremos obtener materiales, armas u objetos que nos proporcionen salud. Un detalles muy interesante es la cantidad de compendios científicos que hay repartidos por todos los lugares a los que vamos. Puede que no tengáis tiempo para pararos a leer alguno de ellos, pero son verdaderamente interesantes para conocer cómo la humanidad ha evolucionado hacia este sistema tecnológico tan desarrollado.

Junto a todo esto, Prey tiene un componente de tensión y terror muy acentuado. La banda sonora cambia por completo cuando avistamos a un enemigo, o por lo menos cuando el juego  sabe que está ahí, ya que la primera persona no ayuda en estos casos. La exploración también explota este componente de thriller, ya que no sabemos en qué momento puede aparecer uno de los Tifones, ya que los hay que se mimetizan con el espacio que les rodea. Será toda una odisea jugar a Prey si padeces del corazón.

 

Sistema de evolución

Para desentrañar todos los secretos de la Talos I, tendremos que desbloquear diversas habilidades. Viniendo de Dishonored no nos sorprende cómo han construido el sistema de mejora y de evolución con la historia. En el caso de Corvo, la magia era la canalizadora de las nuevas habilidades; en el de Prey lo es la ciencia. Gracias a nuestro traje, a los Nanomods y al Psicoscopio podremos adquirir nuevas habilidades que nos ayudarán a sortear obstáculos o simplemente aguantar más si nos encontramos a algún alienígena.

Las opciones de mejora de Prey son muy numerosas, dejando al usuario elegir qué camino prefiere: si el ser más sigiloso, o el ir escopeta en mano armando jaleo. Las opciones son tantas que el menú puede ser algo intrincado, sobre todo al principio, hasta que nos familiarizamos con el entorno del juego.

Los objetos necesarios para mejorar los encontraremos esparcidos por toda la nave, pero también los obtendremos como recompensa por realizar diferentes misiones.

 

Todo se puede ver y se puede tocar

Prey le da al jugador todo lo que tiene, creemos que no se guarda nada, y también le da herramientas para reformular lo que le da. La Talos I está llena de objetos para recoger y de misiones secundarias para llevar a cabo. Nuestro inventario se convertirá un poco en un cajón de sastre, ya que habrá todo tipo de materiales esparcidos por la estación para poderlos usar más adelante.

Sacar ventaja de lo que recojamos será bastante importante, ya que las recicladoras y las fabricadoras serán nuestra fuente de recursos más preciadas. Podremos crear armas, kits de salud o munición dependiendo de los materiales de los que dispongamos. Cierto es que el juego no nos lo pone fácil, ya que estas máquinas están contadas y habréis de aprovechar cuando os las encontréis para aprovisionaros bien, pues los Tifones no van a tener piedad, y los hay con bastante mala baba.

 

Jugabilidad mejorable

Vamos a partir del punto de que soy un jugador algo torpe, pero hasta yo puedo acertarle a un objetivo en un videojuego si no se mueve demasiado. Prey peca de una jugabilidad algo tosca y una maniobrabilidad con el personaje que se puede mejorar. Los Tifones son criaturas muy rápidas y nuestro protagonista no termina de acertarles debido a que parece que se mueva con un corsé.

Las armas de fuego no disponen de una mirilla, algo que ocurre en muchos juegos, pero esto solo ayuda a que no podamos acertar a los alienígenas que nos aparecen por el camino. Puede parecer una queja algo estúpida, pero si os veis en la situación, sabréis lo que queremos decir.

Conclusiones

Prey ha llegado haciendo poco ruido, pero motivos no nos faltan para decir que puede convertirse en uno de los juegos más interesantes de este año. Su ambientación es sobresaliente y aunque su historia flojea en los compases finales, mantiene el interés durante casi todo el trayecto. Como punto muy negativo, diremos que los tiempos de carga entre cada zona de la estación rompen un poco el juego y te sacan completamente de la historia.

Sobre Juanpe

23 Años. Periodista.