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Desde hace tiempo sigo una gran serie llamada Cosmos, esta serie es una reversión de una clásica de Carl Sagan y la presenta el gran Neil deGrasse Tyson, un hombre que además de hacer los programas muy amenos y entendibles a la gran público, nos habla de los secretos del universos. En el capítulo 5 nos habla de la luz, y de como podemos conocer el mundo gracias a ella.

Este gran capítulo me dio la idea de este artículo, en el que hablaremos de la realidad virtual, y de las otras formas de jugar. Porque todos sabemos que una cosa es lo que vemos, otra lo que queremos ver, y otra lo que es.

La jugabilidad en las consolas, es un camino que nunca acaba. Empezó cuando se creo el primer videojuego, y acabará el día que los videojuegos dejen de existir.

Desde las palancas, hasta el sensores de movimientos, han pasado muchos avances como botones, crucetas, analógicos, sensores de movimientos, y ahora se vuelve a hablar de la realidad virtual.

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La realidad virtual es una leyenda urbana que lleva más de 20 años en el mundo del videojuego, como un rum-rum que no para pero que nunca se llega a saber a donde va realmente. En cada generación se sacan ideas, y planes pero que nunca llegan a nada claro.

No se puede negar que las crucetas, los mandos analógicos, y la disposición de botones han ayudado a darle forma al videojuego actual, provocando que nuestras experiencias hayan cambiado, y esto ha hecho que en la generación pasada se haya optado por ir un paso más allá e introducir los sensores de movimientos. Los cuales no han tenido tanto éxito como deberían, con Wii todos pensábamos que la forma de jugar se re-definiría, nos vendieron el mando como una forma nueva de jugar a todo tipo de juegos empezando con los RTS y al final se ha quedado, poco más que como una forma estúpida de hacer el tonto delante la pantalla, que hace que salvo que se esté en compañía, no se juegue. Kinect, si bien es otro ir más allá con una evolución real al concepto de Wii, y una de la mejoras ideas de esta generación, en la mayoría de los casos se ha quedado para juegos chorras o sin la repercusión que se podía esperar. Y si hablamos de Move… como dildo no tiene precio.

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Después del fracaso en videojuegos de estas opciones (en mi opinión), la llegada de la realidad virtual se puede ver como una salida. Uno de los problemas que tiene la realidad virtual es la publicidad que se les ha dado, uno de los mayores casos de esto se pudo ver en Johnny Mnemonic donde el protagonista puede manejar un supuesto Internet gracias a ella (y almacenar la friolera de 40GB en su cabeza). Otro caso de realidad virtual seria Matrix, donde ya no sólo podemos manejar un mundo virtual, sino ya directamente vivir en ella (parecido a Second Life). Las expectativas de esto son grandes, pero la tecnología actual (a nivel de usuario) no puede llegar a ese nivel, lo que da lugar desde hace años a un coitus interruptus cada vez que la queremos usar.

Otro tema sería la usabilidad de la realidad virtual. La idea de una vida virtual, y su aplicaciones son interesantes, pero no hay que olvidar lo que hemos visto hasta ahora. La gracia de la vibración en los mandos no pasa de ser una chorrada molesta que no aporta nada a los videojuegos (en mi opinión), los sensores de movimiento no se han aprovechado como podrían, se han limitado en la mayoría de los casos a juegos casuales, repetidos hasta la saciedad, y cuyo único aliciente ha sido la posibilidad de financiar otros proyectos con su bajo presupuesto.

El Wiimando no ha dado una nueva forma de jugar, y, aunque gran parte de la culpa es nuestra por no querer cambiar, la mayoría de los juegos no ayudan a nada. Por otro lado, el Kinect se ha quedado anclado en juegos de baile, juegos que aunque han tenido éxito como el infame juego de Star Wars, no han aportado nada. Tanto ha sido así, que las noticias de versiones de franquicias famosas con este dispositivo no han tenido buena recepción, ni un público dispuesto a considerarla.

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Otro tema a recalcar es lo que se necesita para usarla, es algo muy sencillo: ¿Te gusta más estar tumbado en el sofá mientras juegas o tener que mover el cuerpo? ¿Prefieres ver una pantalla o meterte en un cine cerrado? ¿Prefieres coger un simple mando, o ponerte un casco, unos sensores, y lo que proceda? Las personas somos seres vagos, y no sólo para hacer cambios, sino para hacer cosas cotidianas. ¿Cuantos de nosotros hemos puesto una película online por no ir por el dvd a la habitación?

En una época donde el hiperrealismo está de moda, las pantallas 4K en camino del nuevo standart, y las SPU (Sound processing unit) abriéndose paso, la inclusión de una realidad virtual con todo esto, no parece muy posible en términos de coste/beneficio.

Nosotros vemos sólo lo que llega a nuestros ojos (al contrario de lo que creían en la antigüedad), y la realidad virtual no llega a nuestros ojos porque no es bonita de ver, ni práctica de usar. En ámbitos militares y civiles tendrá un gran futuro (drones, conducción, reconocimiento, inventarios, cibersexo…), pero en el videojuego queda mucho por hacer. Como decían en el reboot de Robocop, “la gente no sabe lo que quiere hasta que lo ve”, a la industria le toca saber lo que queremos, sin que lo sepamos si quiere tener éxito.

Sobre kaiser77

Tejido vivo bajo endoesqueleto de metal. CPU de 8 bits, con soporte óptico de 1,36GB, hackeado con un RGH a disco duro. Y todo con una resolución de 300ppp en 4:3.

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